En la recta final de la carrera presidencial, Kamala Harris y Donald Trump intensifican sus críticas en actos simultáneos en Milwaukee, Wisconsin, uno de los estados clave para definir las elecciones.
Harris enfatiza su compromiso con cumplir las promesas electorales y critica la “retórica violenta” de su oponente, reafirmando que representa “una nueva generación de liderazgo” y que está lista para asumir la presidencia.
Mientras tanto, Trump responde que Harris “odia a los estadounidenses” y que su mensaje final es, en cambio, de amor por el país. Insiste en que su visión es la de construir “un futuro extraordinario” y lanza descalificaciones, cuestionando temas como el calentamiento global, minimizando el cambio climático y el aumento del nivel del mar.
Wisconsin, un estado históricamente disputado, podría ser crucial en esta elección, habiendo decidido cuatro de las últimas seis elecciones por menos de un punto porcentual.
La batalla entre Harris y Trump refleja la alta polarización, con ambos candidatos intentando asegurar el respaldo de los votantes en el “muro azul” que puede definir el resultado final.