Documentos recientemente desclasificados revelan un acuerdo secreto entre Estados Unidos e Israel sobre su capacidad nuclear alcanzado a finales de la década de 1960.
El archivo detalla cómo Israel logró ensamblar dispositivos nucleares antes de la guerra de los Seis Días en 1967 y su capacidad para producir un arma nuclear en tan solo seis a ocho semanas.
A pesar de las inspecciones iniciales en el reactor de Dimona, EE.UU. aceptó la condición de potencia nuclear no declarada de Israel tras un pacto entre Richard Nixon y Golda Meir en 1969. El acuerdo bilateral permitió a Israel mantener silencio sobre su armamento nuclear y evitó que EE.UU. insistiera en inspecciones adicionales.
Según el tratado, Washington respaldaría la narrativa de Israel de que no poseía armas nucleares, mientras que Tel Aviv garantizó que no introduciría armas de este tipo en Oriente Medio. Sin embargo, desde 1969, ningún representante estadounidense ha visitado las instalaciones nucleares de Israel.
A pesar de que Israel no ha confirmado oficialmente la posesión de armas nucleares, los expertos indican que cuenta con una tríada nuclear completa.
Este acuerdo marcó un hito en las relaciones entre ambos países y consolidó la posición de Israel como una potencia nuclear no declarada, protegida por el apoyo estratégico de Estados Unidos.