El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha autorizado a Ucrania el uso de misiles de largo alcance, con un alcance de hasta 300 kilómetros, para atacar objetivos dentro del territorio ruso.
Esta decisión fue confirmada por el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, quien, aunque reconoció la autorización estadounidense, subrayó que los Estados miembros de la Unión Europea aún no han llegado a un consenso sobre si apoyar esta medida. Según Borrell, la administración estadounidense cambió su postura respecto al uso de estas armas tras una larga discusión interna.
La decisión de Washington ha sido un tema de debate tanto dentro de los Estados Unidos como en la Unión Europea.
Borrell expresó que aunque la política estadounidense ahora permite ataques más profundos dentro de Rusia, cada país miembro de la UE tomará sus propias decisiones al respecto.
Mientras tanto, el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Matthew Miller, dejó claro que no había una actualización oficial en la política estadounidense respecto a la autorización de ataques sobre territorio ruso, sugiriendo que la decisión fue una adaptación a las necesidades del momento.
Este cambio en la política estadounidense se produce en un contexto de tensiones crecientes entre Ucrania y Rusia, con la reciente noticia de que Ucrania planea utilizar misiles Storm Shadow y ATACMS para llevar a cabo ataques dentro del territorio ruso, en particular en las provincias de Kursk y Crimea.
Estos movimientos han provocado reacciones en Moscú, que considera que la implicación de los países de la OTAN en la guerra ucraniana podría escalar a un conflicto directo, como lo advirtió el presidente Vladimir Putin en meses anteriores.