Por Néstor Saavedra
La antigua foto, con los clásicos defectos de un papel de diario de hace más de un siglo, nos muestra Puerto Príncipe, tanto la ciudad como el Mercado (arriba a la izquierda y abajo a la derecha), solo atendido por mujeres, y la Torre de Colón (con militares parados en el pórtico y otra vista desde el puerto de Santo Domingo).
En 1917, el periódico La Razón, de Argentina, publica una nota con fotos sobre República Dominicana y Haití. Las llama “repúblicas antillanas” y asegura que se encuentra “bajo el protectorado americano y recientemente ha sido intervenida la de Haití por los Estados Unidos con el fin de restablecer el orden profundamente alterado por causa políticas”.
Después de contar brevemente la historia de nuestro país, incluyendo su independencia de España en 1861, dice que contaba con medio millón de habitantes, se habla la lengua española y la religión es católica.
Por entonces, prosigue, había seis provincias: Santo Domingo, Compostela de Azua, Santa Cruz del Seibo, La Vega, Santiago y Espaillat, y cuatro distritos marítimos: Puerto Plata, Samaná, Monte Cristi y San Pedro de Macorís. “La capital es Santo Domingo.”
Cuenta también que la forma de gobierno es republicana con una sola cámara compuesta por 22 diputados y se elige presidente cada cuatro años.
Muy interesante nos resulta la forma en que describe las riquezas naturales como “en pleno proceso de explotación” e “inagotables”, como ese clásico positivismo de la época. El azúcar, el cacao, el tabaco (con Santiago de los Caballeros y sus 18.000 habitantes como epicentro) y el café se citan como principales cultivos.
El azúcar se explotaba “en la costa sur y la región más rica de Santo Domingo”. El principal puerto era San Pedro de Macorís con 15.000 habitante, desde donde se habían embarcado, solo en 1915, el equivalente a tres millones de pesos oro. Había inversión norteamericana y destaca dos empresas: Macorís Sugar Co y Ruman Sugar Co, que desde principios de 1916 había incrementado sus tierras por la alta demanda mundial del polvo dulce.
Para 1915, añade, la exportación había arrojado quince millones de pesos oro, mientras que las importaciones ascendían a más de nueve millones. “Las industrias manufactureras son limitadas y se desarrollan con capitales nacionales.”
Rescata a los tres puertos más importantes del nordeste: Monte Cristi, Puerto Plata y Sánchez. Al primero, los productos llegan por el río Yague; al segundo, por el Ferrocarril Central Dominicano y al tercero, por el Ferrocarril Santiago. Samaná, en tanto, era construido y explotado por capitales escoceses.
Un grave problema que enfrentaba República Dominicana y el mundo era la Primera Guerra Mundial. Las comunicación por vapor estaban casi cortadas y solo subsistía una arriesgada empresa, la Ceyde Steamship, que tenía un doble transporte de pasajeros y carga.
Otro gran problema que resume el cronista eran los caminos de Santo Domingo, a los que llama “deficientes y primitivos” e “intransitables en la época de lluvias”.