La llegada de Leah F. Campos como embajadora de Estados Unidos en República Dominicana marca un punto de inflexión en la relación bilateral, retomando la presencia de la figura de mayor rango de la misión diplomática estadounidense en el país, tras cinco años de ausencia.
Campos inicia su misión con una visión enfocada en fortalecer los lazos políticos, económicos y estratégicos entre ambos países. Su visión se alinea con la nueva dirección de la administración Trump, que busca reorientar la política exterior hacia el Caribe y América Latina. Según Washington, la región había sido relegada en años recientes.
La diplomática, de origen hispano, cuenta con una trayectoria que combina seguridad, inteligencia estatal y tecnología.
En entrevista exclusiva para Mercado Media Network, la embajadora permite entender cómo Estados Unidos pretende profundizar su presencia en la región. También revela su interés en impulsar la cooperación tecnológica y apoyar a República Dominicana en temas como seguridad, comercio, innovación y la crisis de Haití. Su discurso combina pragmatismo, convicción política y una apuesta clara por los valores compartidos entre ambos países: democracia, libertad y seguridad.
Una diplomática con sello hispano y vocación estratégica
La designación de Campos ha generado atención dentro y fuera del país. La embajadora reconoce el simbolismo de que tanto ella como el secretario de Estado, Marco Rubio, sean de origen latinoamericano. Aun así, recalca que el factor determinante no es la identidad, sino la competencia profesional. Para la Casa Blanca, el nuevo liderazgo en política exterior debe acercarse más a la región, escuchar de primera mano las prioridades locales y reforzar alianzas históricas.
Desde su arribo, Campos ha mostrado una conexión personal con el país. Su primera visita fue a la Catedral Primada de América, un gesto que describe como un acto de fe y gratitud. “Era importante pedir a Dios que guiara mi misión”, afirma. Su español, aprendido de forma espontánea gracias a su madre madrileña, facilita su comunicación y le permite conectar con la cultura dominicana.
Su formación en Ciencias Políticas y su paso por la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés) le dieron una comprensión sólida de los desafíos globales. A esto se suma su experiencia en el sector privado, donde trabajó en proyectos de inteligencia artificial y análisis de datos. Para ella, esa etapa reveló la importancia de contar con tecnología confiable y reforzar la cooperación en ciberseguridad, automatización y educación digital.
Comercio, tecnología e inversión: la nueva hoja de ruta bilateral
Campos ve a República Dominicana como un aliado estratégico con capacidad para seguir escalando posiciones en el ranking de socios comerciales de Estados Unidos. El país ocupa el puesto número ocho y ha diversificado su oferta hacia segmentos de mayor valor agregado; hoy, los equipos médicos y electrónicos ya superan a los textiles.
La embajadora afirma que trabaja estrechamente con el ministro de Industria y Comercio, Víctor «Ito» Bisonó y con el presidente Luis Abinader para ampliar el intercambio comercial. Uno de los proyectos más prometedores es el impulso al sector de semiconductores. Este mercado tiene una presencia fuerte en Arizona, su estado natal, y esta coincidencia abre la puerta para atraer fabricantes, sensores y componentes electrónicos que podrían establecer operaciones en República Dominicana.
Además, sostiene que el país tiene ventajas naturales para captar inversión estadounidense. Entre ellas, su estabilidad política, su conectividad aérea y su reputación como hub regional. Ya se han iniciado conversaciones con empresas estadounidenses con el objetivo de acelerar estos procesos para que el país reciba una mayor proporción de capital y tecnología.
Migración, Haití y seguridad: prioridades compartidas
Sobre la migración hacia Estados Unidos, Campos explica que la administración Trump busca restablecer el orden fronterizo y promover procesos regulados. Washington trabaja con varios países para reforzar la seguridad y gestionar de manera conjunta estos flujos.
Otro tema central es la crisis en Haití. La embajadora reconoce el esfuerzo diplomático del presidente Abinader para que el G20 y otros actores globales apoyen al vecino país. Su posición es clara: la estabilidad haitiana no debe recaer únicamente en República Dominicana. Así, Estados Unidos asegura que está comprometido con una solución internacional y multilateral.
La reciente llegada de delegaciones congresuales estadounidenses y la visita del secretario de Guerra estadounidense, Pete Hegseth, refuerzan este mensaje. Para Campos, estas acciones indican que ambos países entran en una nueva etapa de coordinación política y estratégica.
Fuente: Mercado