La diversificación del comercio exterior que ensancha las conexiones de República Dominicana sin perjuicio del peso específico de Estados Unidos (todavía su principal socio en varios órdenes) es irreversible y cobra fuerza. Una promisoria alternativa al vaivén guerrero de las embestidas arancelarias que, aunque no golpeen directamente con elevada magnitud a esta geografía, auguran un adverso efecto dominó sobre el mercado mundial y una amenaza global de recesión y caída de la demanda a nivel planetaria de la que nadie se salvaría.
Por vías de consecuencia sobrevendría un golpe a la principal procedencia de remesas proveniente de un inusitado gravamen y una disminución del empleo por el renovado nacionalismo de Norteamérica en perjuicio de la diáspora allí asentada.
En dirección a no tener todos los huevos en una misma canasta, el país acaba de reafirmarse como el principal socio caribeño en comercio con Europa, un mercado de 450 millones de consumidores (cien más que EUA). La receptividad de la Unión Europea a exportaciones dominicanas llamadas a crecer bajo términos y flexibilidades favorables a la contraparte local, emerge como una ventaja aprovechable que trae aparejado un desafío a las estructuras productivas locales.
Consiste en generar ipso facto más bienes comercializables al gusto europeo sin perder de vista que los estándares de calidad del Primer Mundo son de una intransigencia que rechaza lo que allí llega con notable inferioridad como está ocurriendo con los desprecios al banano criollo que hasta hace poco predominaba en embarques de esta fruta hacia ese destino.
De otro lado, convenientemente el país extiende vínculos de comercio y diplomacia hasta Rusia para recuperarla como origen de un sustancial flujo turístico que desapareció prácticamente con la guerra en Ucrania. Las presiones formidables de Washington y del nuevo Papa obran allí a favor de la paz y en contra del fratricidio y por un regreso a la normalidad.
Al mismo tiempo conservar la buena pro estadounidense para que República Dominicana se preserve como socio confiable aunque diversificado en sus objetivos económicos, es tan importante como ensanchar relaciones comerciales y respetuosas con China.
Fuente (menos título y foto): Hoy