No tener fe da risa o la fe es una cosa seria: los famosos padres que llamaron «Cómico» a su hijo

Por Néstor Saavedra

¿Cómo reaccionarías si Dios te promete algo que te parece que es imposible que suceda? ¿Te enojarías, llorarías, gritarías? Abraham, aquel patriarca de la Biblia, prefirió reírse. Era uno de nosotros.

Dios le dijo que su esposa Sara, que era estéril, iba a tener un hijo desde el que se formaría un pueblo. Abraham se inclinó al suelo, en señal de reverencia, y se río, en señal de irreverencia. Él tenía cien años y su esposa 90.

¿Y cómo reaccionaría ella cuando se enterase que iba a ser madre? Unos hombres enviados de Dios se pusieron a hablar con él de esta promesa. Sara escuchaba la conversación a escondidas. Cuando oyó que dentro de un año iba a ser madre, la mujer, que «había dejado de tener sus períodos de menstruación», no pudo aguantar la risa.

Tan humana era, tan como uno de nosotros, que Dios le preguntó a Abraham por qué su mujer se reía. Sara tuvo miedo y lo negó (hasta a eso llegamos) y el Señor le respondió: «yo sé que te reíste».

Era una difícil cuestión de fe: si ellos querían Dios podría obrar un gran milagro porque, «¿hay acaso algo tan difícil que el Señor no pueda hacerlo?». Y así sucedió. Sara quedó embarazada y nació un niño al que llamaron «Cómico». Sí, no te rías, lo llamaron «Cómico», porque Isaac significa «hacer reír».

El relato de la fe de este matrimonio fue tan fuerte que pasó del judaísmo al cristianismo y el autor de la carta a los Hebreos lo menciona como un ejemplo de «tener la plena seguridad de recibir lo que se espera, es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos».

La fe es una cosa seria: la falta de fe da risa.

Comparte esta noticia
Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?