Puerto Príncipe, Haití – La violencia pandillera en Haití ha desplazado a más de 300,000 niños desde marzo de este año, con un niño siendo desplazado cada minuto, según informó este martes el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
El país está sumido en una crisis multifacética que incluye agitación política, violencia, pobreza extrema, enfermedades y desastres naturales, poniendo en peligro el bienestar y el futuro de los niños haitianos. Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF, describió la situación como una «catástrofe humanitaria» con consecuencias devastadoras para los menores, quienes enfrentan mayores riesgos de violencia, agresión sexual, abuso, explotación y separación familiar.
En marzo, las bandas armadas controlaban aproximadamente el 80 % de la capital, Puerto Príncipe, y habían intentado tomar el control del principal aeropuerto del país, según datos de la ONU. Esta situación obliga a muchos niños a unirse a grupos armados como único medio de supervivencia y seguridad, una violación clara de sus derechos y del derecho internacional.
El desplazamiento ha afectado gravemente el acceso de los niños a servicios esenciales como atención médica, agua potable, espacios seguros y saneamiento, incrementando su vulnerabilidad a enfermedades como el cólera. Además, el cierre de los centros educativos y las limitaciones económicas han provocado una mayor tasa de abandono escolar.
Russell enfatizó que «los niños no deberían pagar con sus vidas y su futuro por una crisis creada por los adultos», y pidió un mayor apoyo y financiación de la comunidad internacional para proporcionar un entorno seguro y protector a los niños desplazados en Haití.