El jefe de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), Philippe Lazzarini, acusó a Israel de utilizar el hambre como una táctica de guerra contra la población de la Franja de Gaza.
Según Lazzarini, las restricciones impuestas por Israel están privando a los residentes de Gaza de recursos básicos, incluida la comida, lo que podría llevar a una hambruna inminente, especialmente en el norte del enclave. Un reciente informe del Comité de Revisión de la Hambruna (FRC) alertó que la situación humanitaria es extremadamente grave y se deteriora rápidamente.
Lazzarini subrayó que solo un 6 % de las necesidades alimentarias diarias de la población gazatí están siendo cubiertas por la ayuda humanitaria que logra ingresar, lo que considera insuficiente para evitar un desastre humanitario.
Hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para permitir la entrada continua y regular de convoyes humanitarios. Mientras tanto, el FRC reportó que 133.000 palestinos están en una situación de inseguridad alimentaria crítica, instando a una acción inmediata para evitar que la crisis empeore.
En respuesta, Israel rechazó las acusaciones, alegando que los informes son parciales y están basados en fuentes con intereses específicos. La Coordinadora de Actividades Gubernamentales en los Territorios (Cogat) aseguró que el país ha estado proporcionando la ayuda necesaria y que los datos sobre la situación en Gaza son manipulados.
Por otro lado, el Ministerio de Salud de Gaza informó que el número de víctimas del conflicto desde octubre ha alcanzado los 43.603 muertos y más de 102.929 heridos, destacando que la mayoría de los fallecidos son civiles, incluidos mujeres y niños.