El primer ministro británico, Keir Starmer, se reunió con Donald Trump en la Casa Blanca para discutir la paz en Ucrania, aunque no logró garantías de seguridad concretas.
Ambos coincidieron en la urgencia de un alto al fuego, pero discreparon sobre cómo lograr una paz duradera. Starmer insistió en que no se debe recompensar al agresor, mientras que Trump afirmó que Putin cumpliría su palabra en caso de cese de hostilidades.
Starmer propuso enviar soldados y aviones británicos a Ucrania como medida disuasoria, pero Trump no prometió apoyo militar en caso de agresión. También reafirmó su respaldo al artículo 5 de la OTAN, aunque aclaró que no cree que sea necesario aplicarlo para tropas británicas o francesas en Ucrania.
A pesar de diferencias en seguridad, ambos líderes lograron avances en comercio, con la posibilidad de un acuerdo que evitaría aranceles para el Reino Unido.
Además, Trump aceptó una invitación del rey Carlos III para una visita de Estado y suavizó su tono sobre Volodímir Zelenski, negando haberlo llamado «dictador».
Starmer también respondió a críticas sobre la libertad de expresión en el Reino Unido y defendió la decisión de otorgar a Mauricio la soberanía sobre el archipiélago de Chagos, un tema que ha generado reservas en EE.UU.