Donald Trump, tras ser declarado virtual ganador de las elecciones presidenciales en EE.UU., ha comenzado a trasladar el centro de poder geopolítico de la Casa Blanca a su residencia en Mar-a-Lago, Florida.
En las primeras 24 horas, el republicano recibió llamadas de felicitación de más de 70 líderes mundiales, incluyendo al presidente chino Xi Jinping, al mandatario francés Emmanuel Macron y al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.
Según informes, su equipo en Mar-a-Lago ha estado documentando cuidadosamente qué líderes le contactaron primero y el orden en que lo hicieron, destacando así la importancia que Trump otorga a la lealtad de sus aliados.
Netanyahu, en particular, ha celebrado lo que describió como el “mayor regreso de la historia”, marcando un nuevo capítulo en la relación entre Israel y EE.UU.
Trump también sostuvo conversaciones con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, quien estuvo acompañado por el multimillonario Elon Musk, así como con la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, quien elogió la “cordialidad” del diálogo.
Esta intensa actividad diplomática ha situado a Mar-a-Lago como un nuevo epicentro del poder, desplazando la atención internacional desde Washington hacia Florida.
Además, líderes como el presidente argentino Javier Milei ya han anunciado planes para reunirse con Trump en Mar-a-Lago en los próximos días, en el contexto de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC).
Este cambio de escenario refuerza la influencia de Trump en la arena internacional antes de su regreso oficial a la Casa Blanca, mientras reconfigura el mapa geopolítico al priorizar relaciones basadas en lealtades previas y afinidades ideológicas.