El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este domingo el fin de la ayuda financiera a Colombia al acusar al presidente colombiano, Gustavo Petro, de ser «un líder del narcotráfico» y de «fomentar la producción masiva de drogas» en el país sudamericano. La decisión provocó una escalada diplomática que desató el rechazo inmediato del gobierno colombiano, que convocó el apoyo de organismos internacionales, y nuevas tensiones en el Caribe, donde Washington mantiene un despliegue militar bajo el argumento de «combatir el narcotráfico».
En un mensaje publicado en su red social Truth Social, en el que inicialmente se refirió al país como «Columbia», Trump afirmó que la producción de drogas «se ha convertido en el mayor negocio de Colombia» y que el mandatario «no hace nada para detenerlo, pese a los pagos y subsidios a gran escala de Estados Unidos» destinados a combatirlo. «A partir de hoy, estos pagos, o cualquier otra forma de ayuda o subsidio, dejarán de hacerse a Colombia», señaló el mandatario estadounidense.
La declaración se produjo un mes después de que Washington retirara a Colombia de la lista de países que cooperan en la lucha contra el narcotráfico por considerar que «incumplió manifiestamente» sus obligaciones derivadas de acuerdos internacionales. La medida, inédita desde los años 90, implicó la suspensión de certificaciones clave y redujo la asistencia militar y económica al país, aunque el presidente colombiano insiste en que se redujo drásticamente la tasa de crecimiento del cultivo de cocaina durante su gobierno.
«Una amenaza a la soberanía»
El ministerio de Relaciones Exteriores colombiano calificó los dichos de Trump como «una amenaza directa contra la soberanía nacional» y anunció que el gobierno «acudirá a todas las instancias internacionales» para denunciar la agresión. En un comunicado, la Cancillería colombiana consideró que el mensaje del presidente estadounidense «transgrede todas las normas del Derecho Internacional y la diplomacia, y en especial los tratados internacionales que protegen la soberanía, la independencia y la autodeterminación de los países».
La Cancillería también rechazó el uso de la cooperación internacional «como instrumento de injerencia en los asuntos internos» y adelantó que el gobierno acudirá a instancias internacionales para defender la soberanía de Colombia y la dignidad del presidente Petro, quien «siempre se ha caracterizado por su respeto a las instancias democráticas y su lucha frontal contra el narcotráfico», agregó.
Petro también respondió a las acusaciones al afirmar que Trump «está engañado por sus logias y asesores» si considera que se encuentra del lado del narcotráfico, y destacó que las Fuerzas Militares de su país dejarían de depender del armamento de Estados Unidos. «El principal enemigo que tuvo el narcotráfico en Colombia fue quien descubrió sus vínculos con el poder político del país. Ese fui yo», escribió el mandatario, que además instó a su par norteamericano a «leer bien a Colombia y determinar en qué parte están los narcos y en qué parte están los demócratas».
Tensión en el Caribe
Este nuevo cruce se produce en medio del despliegue de buques y aeronaves estadounidenses en el mar Caribe, bajo el argumento de combatir el narcotráfico en aguas internacionales, donde el gobierno estadounidense asegura que existen rutas de transporte cercanas a Venezuela y Colombia. Desde agosto, Washington informó el hundimiento de al menos siete embarcaciones que, según asegura, transportaban drogas, aunque hasta ahora no presentó evidencia sólida para estas acusaciones.
El último ataque, ocurrido el jueves pasado, dejó tres muertos a bordo de una lancha que Estados Unidos vinculó con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la célula guerrillera activa en Colombia. El secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, aseguró que la operación «se desarrolló en aguas internacionales» y que los tripulantes eran «narcoterroristas».
Petro, en cambio, denunció que una de las embarcaciones atacadas en septiembre pertenecía a un pescador colombiano y acusó a Estados Unidos de «asesinato» y «violación de soberanía». También pidió a la Fiscalía de su país investigar los hechos y brindar protección a las familias de las víctimas. En un tono más conciliador, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, recordó que Colombia «ha sido históricamente un aliado de Estados Unidos en la lucha contra las drogas» y que «decenas de soldados y policías han muerto en operaciones antidroga en el territorio nacional».
Guerra diplomática
La crisis entre ambos gobiernos reabre un conflicto diplomático con fuertes implicancias regionales. Washington no sólo revocó la visa de Petro y varios de sus funcionarios, sino que continuó endureciendo sus operaciones militares en el Caribe, generando preocupación en Caracas y La Habana. «Colombia nunca ha sido grosera con Estados Unidos, al contrario, ha querido mucho su cultura. Pero usted es grosero e ignorante con Colombia», escribió Petro en su último mensaje dirigido al presidente estadounidense.
Con la suspensión de la ayuda, Estados Unidos rompe una alianza histórica de más de cuatro décadas. Desde el año 2000, Washington ha destinado más de 14 mil millones de dólares al país, principalmente en programas militares y de erradicación de cultivos ilícitos. Según datos de la ONU, Colombia es el principal productor mundial de cocaína, con más de 2.600 toneladas anuales. Sin embargo, Petro sostiene que durante su gestión «la tasa de crecimiento de los cultivos de hoja de coca se redujo a casi cero» y que las cifras internacionales «tienen problemas metodológicos».
Fuente: Página 12