Rusia reafirmó su compromiso de mantener un diálogo abierto sobre la situación en Siria con los países de la región, especialmente tras los recientes eventos que llevaron a la caída del Gobierno de Bashar al Assad.
Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, destacó que Siria enfrenta un periodo de inestabilidad extrema y que Moscú continuará dialogando con actores clave como Turquía. Además, aseguró que el Ejército ruso está tomando medidas para garantizar la seguridad de sus bases en el país árabe.
Peskov señaló que la situación en Siria ha sorprendido a muchos, incluida Rusia, y que aún es prematuro hablar del futuro de la presencia militar rusa en la región.
Indicó que se requerirá tiempo para analizar y dialogar con quienes asuman el poder en Siria. Paralelamente, grupos yihadistas liderados por Hayat Tahrir al Sham han intensificado las hostilidades, marcando la mayor escalada del conflicto desde 2019.
El colapso del gobierno de Assad se produjo tras una ofensiva de las milicias desde la provincia de Idlib, que culminó con la toma de Damasco y la liberación masiva de presos en la cárcel de Saydnaya.
Este desarrollo ha generado incertidumbre y transformaciones en el panorama político y militar en Siria, con implicaciones regionales y globales.