República Dominicana y Estados Unidos: ¿amenaza o transformación comercial?

El comercio entre la República Dominicana y los Estados Unidos constituye una de las relaciones bilaterales más importantes para la economía dominicana. Durante el año 2024, las exportaciones dominicanas hacia Estados Unidos ascendieron a US$6,915 millones, mientras que las importaciones desde ese país totalizaron US$11,558.2 millones, generando un déficit comercial de más de US$4,643 millones.

Estados Unidos es el principal destino de nuestros productos, pero también el mayor proveedor de bienes importados. Sin embargo, esta dinámica enfrenta un nuevo desafío en 2025: la imposición de un arancel del 10% a los productos dominicanos que ingresan al mercado estadounidense, medida adoptada por el presidente Donald Trump como parte de una estrategia proteccionista.

Impacto directo en las exportaciones dominicanas

El nuevo arancel afectará directamente a los sectores de mayor valor agregado, que representan la columna vertebral de las exportaciones nacionales: Dispositivos médicos y quirúrgicos; tabaco y cigarros; equipos eléctricos y electrónicos; prendas de vestir; oro y piedras preciosas.
El total afectado alcanza los US$690 millones en sobrecostos para importadores estadounidenses, lo que podría reducir la competitividad de los productos dominicanos y desplazar su demanda hacia otros mercados.

Competidores en alerta: ¿quién gana con esta medida?

La imposición del arancel abre oportunidades para países competidores que ya pujan por una mayor participación en el mercado estadounidense:

Textiles y confecciones: Honduras, El Salvador, Nicaragua, Vietnam y Bangladesh podrían absorber cuotas dominicanas en cadenas como Walmart o Target, gracias a sus costos laborales más bajos y acuerdos preferenciales.

Dispositivos médicos: Costa Rica y México, con cadenas de valor más consolidadas, podrían atraer inversiones que antes favorecían a República Dominicana.

Tabaco premium: Nicaragua y Honduras, con reputación en cigarros artesanales, están posicionados para capitalizar cualquier retroceso dominicano.

Frutas tropicales: México, Ecuador y Perú cuentan con ventajas logísticas y acceso a tratados como el TMEC o acuerdos con la Unión Europea.


Arroz: dilema de protección vs. demanda

El arroz ilustra la complejidad de la balanza comercial. En 2023, República Dominicana importó 21,298 toneladas de arroz estadounidense (US$18.4 millones), pero para 2024-2025 se proyectó un aumento a 95,000 toneladas, con una cuota libre de aranceles de 23,300 toneladas (Decreto 693-24). Este equilibrio refleja:

  • La necesidad de abastecer demanda interna sin saturar el mercado local.
  • Presiones de productores nacionales para evitar una competencia desleal.
    Estrategias para Enfrentar el Reto

Ante esta coyuntura, República Dominicana debe actuar en múltiples frentes:


Diversificación de mercados
– Ampliar presencia en América Latina y el Caribe, aprovechando acuerdos como la Alianza del Pacífico o mercados emergentes en Europa (ej.: Reino Unido post-Brexit).
– Fortalecer relaciones con la Unión Europea, donde productos como cacao orgánico y ron tienen potencial.

Competitividad interna
– Inversión en innovación tecnológica para reducir costos en manufactura (ej.: incrementar la automatización en zonas francas).
– Mejora logística, desde puertos hasta transporte terrestre, para agilizar envíos y bajar fletes.

Diplomacia comercial
– Negociar excepciones al arancel en sectores estratégicos (dispositivos médicos) bajo el marco del DR-CAFTA.
– Explorar alianzas con algunos estados de EE. UU. (ej.: Florida o Nueva York) para presionar contra la medida.


Agregar Valor a las Exportaciones
– Desarrollar marcas dominicanas en nichos como cigarros premium o agroindustria, en lugar de depender de commodities.


¿Crisis u oportunidad?

El arancel del 10% no es solo una barrera comercial; es un llamado a repensar el modelo económico dominicano. La dependencia excesiva de un solo mercado (EE. UU.) y de pocos productos (textiles, dispositivos médicos) es un riesgo estructural. Países como Vietnam o Costa Rica lograron diversificar sus economías mediante políticas industriales agresivas y apertura estratégica.

República Dominicana tiene la oportunidad de:

  • Convertir el proteccionismo ajeno en motor de innovación propia.
  • Aprovechar su posición geográfica para ser un HUB de servicios y manufactura para las Américas.
  • Fortalecer la integración regional.

El desafío es claro: adaptarse o quedar rezagado. La respuesta debe ser una combinación de audacia comercial, visión política y colaboración público-privada. ¿Está el país listo para este salto?

Fuente: Guelmi Brea Baldera para Acento

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