Una explosión masiva en el sur del Líbano, atribuida a una operación militar israelí, activó alertas de terremoto en el norte de Israel el 26 de octubre. El Ejército israelí informó que la detonación, producto de una acción para destruir una instalación subterránea presuntamente operada por Hezbolá, fue identificada por error como un terremoto por el sistema de alerta.
El Instituto Geológico de Israel explicó que el estallido fue tan potente que los sensores lo confundieron con un evento sísmico, lo que llevó a la activación de alertas en toda la región norte del país.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) detallaron que la operación reveló una infraestructura militar de 1.5 kilómetros de longitud, equipada para alojar a cientos de combatientes.
Este complejo subterráneo contaba con electricidad, almacenes de armas y suministros, y estaba dotado de cohetes, misiles y explosivos que podrían ser empleados en un conflicto prolongado. Israel indicó que la construcción de esta instalación había tomado más de una década, siendo un punto estratégico clave para Hezbolá en la región.
Durante el operativo, las tropas israelíes enfrentaron a combatientes de Hezbolá que defendían el complejo. Las FDI informaron que todos los milicianos en el túnel fueron eliminados en el enfrentamiento.
La operación y sus consecuencias subrayan la intensificación del conflicto en la frontera libanesa, generando alerta en ambas naciones y reflejando el tenso panorama en la región.