Por Néstor Saavedra
El huracán Milton, no solo está provocando una enorme movilización preventiva en Florida, Estados Unidos, para afrontarlo con las mejores herramientas y buena voluntad de los pobladores, sino también un daño que muchas veces no valoramos con precisión quienes no vivimos en zonas castigadas por fenómenos naturales.
Nos referimos al impacto emocional de saber que, inexorablemente, se desatará una tragedida en unas pocas horas. Esto provoca una gran angustia que se incrementa con el avance del reloj y deja sus consecuencias en la siquis de miles de personas afectadas en cualquier lugar del mundo. Afortunadamente, gracias a la tecnología, cada vez se pueden prevenir con más tiempo y precisión estos fenómenos y también realizar las correspondientes tareas de contención, que trascienden lo meramente físico, para comprometerse en el mundo de la psicología y la psiquiatria.
Aquí podemos ver un ejemplo: un meteorólogo profesional, John Morales, científico atmosférico y ambiental estadounidense, miembro de la Sociedad Meteorológica de su país, con enorme experiencia en huracanes en el sur de Florida, Estados Unidos, queda al borde el llanto, dominado por la angustia que sobrepasa la información, en plena transmisión de NBC-6