Varios jugadores, como el arquero “Dibu” Martínez, de la Selección Argentina, han hecho duras críticas contra el pésimo estado de los pisos de los campos de juego. Otros, incluso, han ampliado su blanco: Weston McKennie, por caso, centrocampista estadounidense, dijo que era muy frustrante para todo jugador “estar en un estadio con capacidad para 70.000 personas y que apenas entren 25.000. No hay clima.” También posó sus ojos en la superficie de juego colocada para la ocasión: «Es un terreno irregular, se rompe a cada paso».
Lo que sucedió es que muchos de los estadios preparados para albergar este evento están dedicados habitualmente a la NFL, que se juega con césped artificial, pero para la Copa América se ha puesto una capa de pasto natural por encima, que parece no haber convencido a muchos jugadores.
Además, las medidas del campo son algo más chicas que las de la Eurocopa, lo que McKennie también criticó: «En Alemania todo el mundo juega en campos grandes, con césped espléndido y el juego se ve afectado positivamente».
Estados Unidos debutará frente a Bolivia en la noche del domingo, en el AT&T Stadium, Texas, con capacidad para 80.000 personas.