Las propuestas de Kamala Harris y Donald Trump en estas elecciones destacan fuertes contrastes sobre políticas clave como inmigración, economía y derechos sociales.
En inmigración, Harris propone un camino a la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados y mantener restricciones de asilo, mientras Trump apuesta por deportaciones masivas y continuar la construcción del muro en la frontera.
En política exterior, Harris apoyaría a Israel y la defensa de Ucrania contra Rusia, y promueve una solución de dos Estados en Palestina; Trump, en cambio, se muestra más escéptico hacia la OTAN y promete reducir el apoyo a Ucrania.
En temas internos, Harris busca reforzar los derechos reproductivos y aboga por el aborto legal a nivel federal, mientras que Trump celebra las restricciones actuales, dejando la decisión en manos de cada estado.
En economía, ambos candidatos presentan propuestas fiscales distintas: Harris propone aumentar impuestos a grandes empresas y ofrecer deducciones a los pequeños negocios, mientras que Trump planea extender recortes fiscales a grandes compañías y promete eliminar impuestos en horas extra y propinas.
Sobre el medio ambiente y la salud, los contrastes también son marcados. Harris apoya energías renovables y subsidios para vehículos eléctricos, mientras que Trump aboga por aumentar la producción de petróleo y gas, negando la crisis climática.
En salud, Harris buscaría expandir subsidios y cobertura médica, y Trump propone modificar Obamacare sin ofrecer detalles concretos. La división entre ambos sobre la regulación de armas y la marihuana refleja una polarización adicional: Harris promueve controles de antecedentes para armas y la despenalización de la marihuana, mientras que Trump apoya un acceso amplio a las armas y revisiones limitadas sobre el cannabis.