La estrella esgrimista ucraniana Olga Kharlan: “Cuando te enfrentás a los rusos no puedes ser amable”

Olga Kharlan ganó cuatro medallas olímpicas (en 2008, 2012 y 2016) y espera seguir coleccionándolas en París 2024. En esta entrevista de AP, manifiesta su resignado acostumbramiento a los bombardeos, su fortaleza para competir en esta situación y nos cuenta del episodio en que fue descalificada por no saludar a su rival rusa.

– ¿Cómo se prepara para los Juegos Olímpicos cuando su país es atacado?

– Hay un gran componente emocional por gestionar. Cuando comenzó la guerra, fui allí para llevarme a mi hermana y a mi sobrino a Italia. Nadie sabía qué iba a pasar, ya que Mikolaiv está justo al lado de Jersón, que estaba ocupado. Es nuestro carácter ucraniano, queremos estar en nuestra casa. Mis padres viven en Mikolaiv, donde hay unas cinco sirenas de alerta al día. Mi hermana regresó a Kiev, donde mi sobrino va a la escuela. Resisten».

-¿Cómo vive usted esta situación a distancia?

– Hay días en los que no miro mi teléfono. Durante una competición, vi que Kiev había sido atacado diez minutos antes de tener que salir a la pista. Llamé por teléfono a mi familia y nadie respondió. Eso es lo peor. Comencé a entrar en pánico porque nunca se sabe, es una lotería. Desgraciadamente, me acostumbré a ello. Trabajo mucho mentalmente con mi psicóloga sobre ese asunto desde hace dos años y medio.

– Con cinco podios en categoría individual esta temporada, parece que logra gestionarlo…

– Esta temporada sí, pero hay que recordar la anterior. Estuve cerca de retirarme de la esgrima. Cuando competía, quería demostrar algo y ganar por mi país, por mis padres, porque el deporte da esperanza y emociones positivas. Pero durante medio año no tuve ningún buen resultado, fuera por equipos o en individual. Cuando en Túnez en 2023, logré mi primera medalla internacional en tres años, entonces pensé que lo iba a conseguir, que tenía que pelear. Recibí mucho apoyo desde Ucrania, no puedes imaginar hasta qué punto te siguen los soldados que nos defienden en el frente.

– En el Mundial de 2023, usted fue la primera deportista que representaba a Ucrania y que tenía que enfrentarse a una rusa desde la invasión. Fue descalificada por no dar la mano a su adversaria, Anna Smirnova. ¿Qué queda de aquel día?

– Cuando te enfrentas a los rusos en la pedana, o simplemente cuando están ahí, no puedes ser amable. Es imposible aceptar eso. Después de la descalificación obtuve una invitación y me dejaron regresar para la competición por equipos, pero fue uno de los peores días de mi vida. Lloré como nunca antes, durante dos horas, sentada en el suelo y sintiéndome impotente, con una mezcla de enfado y pena. Después comencé a recibir mensajes, muchos mensajes, en Instagram. Recibí 100.000 comentarios en un día. Me daban las gracias por la esperanza y la determinación que les transmitía. También me acosaron. Hicieron públicos mis datos, mi dirección, mi número de teléfono. Me llamaban, me enviaban fotos de soldados ucranianos muertos.

– Ningún ruso o bielorruso participará en los Juegos Olímpicos de París en esgrima, ¿es algo bueno?

– Es un éxito. En algunos otros deportes sí que estarán ahí. Algunos tienen el estatus de deportista individual neutral, pero apoyan la invasión. En esgrima, las cosas están bien. Recientemente, esa campeona olímpica, la rusa Yana Egorian, oro en sable en Río-2016, difundió una foto suya y de niños con la bandera de la República de Donetsk. No me lo podía creer. ¿Cómo se puede ser tan cerrado de mente? Eso demuestra todo: nada cambiará nunca ya que después de dos años y medio no se da cuenta de lo que pasa. Esos deportistas no tienen su lugar en los Juegos. Pero es igual para los demás. Incluso aunque no lleven los colores rusos en el podio, si se les festeja con banderas rusas, camisetas y todo lo demás cuando regresen a casa con sus medallas, ¿para qué habrá servido entonces?

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