Israel intensificó sus ataques aéreos en el sur de Beirut este domingo, golpeando nuevamente los suburbios de Dahye, bastión del grupo chií Hizbulá, apenas un día después de la confirmación de la muerte de su líder, Hasán Nasrala, en un ataque anterior.
Estos bombardeos continúan aumentando las tensiones en la región y generan preocupación sobre una escalada mayor del conflicto entre Israel y las fuerzas respaldadas por Irán. Durante la madrugada, otro alto mando de Hizbulá, Nabil Qaouk, fue abatido en un ataque en la misma zona.
Qaouk, quien desempeñaba un papel clave en la estructura de la organización, fue blanco de un bombardeo que sigue la estrategia israelí de debilitar la cúpula del grupo en medio de una creciente ofensiva.
Las fuerzas israelíes han intensificado sus incursiones aéreas, con ataques casi diarios en las áreas controladas por Hizbulá desde el inicio de la semana.
Estos ataques han dejado un saldo considerable de víctimas civiles, además de las bajas dentro de Hizbulá. La escalada bélica está generando gran incertidumbre en la región, con una comunidad internacional preocupada por el aumento de la violencia y el riesgo de un conflicto más amplio entre Israel y sus vecinos, mientras se espera la respuesta de Hizbulá a la pérdida de sus altos mandos.