Israel llevó a cabo una nueva serie de ataques aéreos en Siria durante la madrugada del sábado 14 de diciembre. Los bombardeos alcanzaron instalaciones militares en Damasco y al sur de Alepo, incluyendo un centro de investigaciones militares en Al Safira.
Estos ataques se suman a los realizados previamente en las gobernaciones de Latakia y Tartús, como parte de una intensificación de las operaciones militares israelíes en Siria.
La Fuerza Aérea de Israel declaró que ha alcanzado una superioridad aérea casi total, afirmando haber destruido el 86 % de los sistemas de defensa antiaérea sirios. A pesar de que algunos sistemas siguen operativos, no representan una amenaza significativa para las operaciones israelíes.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) también anunciaron esta semana la creación de una «zona de seguridad estéril» en el sur de Siria, en la zona de amortiguamiento de los Altos del Golán, justificando estas acciones como medidas de defensa preventiva.
El Departamento de Defensa de EE.UU. respaldó las acciones de Israel, calificándolas como «autodefensa». Entretanto, se reporta que los bombardeos han incrementado la presión sobre el debilitado gobierno de Bashar al-Assad, mientras Israel refuerza su control en regiones clave de Siria.