Israel ha confirmado la muerte de Hashem Safieddine, un alto dirigente de Hezbolá y supuesto sucesor de Hassan Nasrallah, en un ataque aéreo dirigido por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
El bombardeo tuvo como objetivo una sede subterránea de la organización en Beirut, donde se encontraban varios comandantes del grupo chiita, incluidos Safieddine y el jefe de inteligencia de Hezbolá, Hossein Ali al-Zima.
Según las FDI, el ataque fue planeado con base en información de inteligencia que indicaba la presencia de líderes clave en la ubicación bombardeada.
Safieddine era primo de Nasrallah y ejercía como líder interino en su ausencia, lo que lo convertía en una figura central dentro de la organización. El ataque también dejó otros 23 muertos, según medios locales.
Israel ha afirmado que con la eliminación de Safieddine y otros comandantes ha debilitado significativamente la estructura de Hezbolá.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha señalado que las capacidades de la organización terrorista han sido «degradadas», y advirtió que continuarán las acciones contra cualquier amenaza a la seguridad de Israel.