En las últimas 48 horas, Israel ha llevado a cabo más de 250 ataques contra objetivos militares en Siria, incluyendo bases aéreas estratégicas, instalaciones de almacenamiento de armas avanzadas y sistemas de defensa aérea.
Entre los blancos alcanzados se reportan helicópteros, aviones de combate, tanques y misiles, en una ofensiva que podría dejar seriamente debilitada a la Fuerza Aérea siria.
Los ataques coincidieron con un cambio político en Siria, marcado por la caída del gobierno de Bashar al Assad y la toma de Damasco por la oposición armada.
El portal Ynet sugirió que el número de ataques podría llegar a 300, mientras que analistas advierten sobre el riesgo de una completa destrucción de las capacidades militares sirias.
Además, Israel tomó el control de la zona de amortiguamiento en los Altos del Golán, región anexionada por el país, reafirmando su intención de mantener su dominio en esa área estratégica.
Este giro en la situación política y militar en Siria ocurre tras el anuncio de la oposición de liberar a los presos de la cárcel de Saydnaya y la llegada de Bashar al Assad y su familia a Moscú.
En este contexto, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, destacó que su país no tiene intención de abandonar su presencia en los Altos del Golán.