Irán acusó a Estados Unidos de complicidad en el reciente ataque israelí que afectó instalaciones militares en su territorio. Según la misión iraní ante Naciones Unidas, los aviones israelíes lanzaron el ataque desde el espacio aéreo iraquí, controlado por Estados Unidos, lo que considera una evidencia de apoyo estadounidense en esta ofensiva.
En respuesta, el gobierno iraní solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU, pidiendo una condena internacional contra Israel.
El canciller iraní, Abás Araqchí, envió una carta al secretario general de la ONU, António Guterres, expresando que los continuos ataques israelíes representan una amenaza sistemática para la estabilidad regional.
Irán sostiene que este último ataque ha dejado cuatro soldados muertos y ha dañado sus sistemas de defensa aérea, aumentando las tensiones en una región ya afectada por conflictos y rivalidades geopolíticas. Además, Araqchí reiteró que la presencia de Estados Unidos en la región contribuye a la creación de un entorno inestable.
Por su parte, Israel justificó el ataque como una represalia por las supuestas ofensivas iraníes en su contra. Las autoridades israelíes aseguraron que sus operaciones fueron precisas y dirigidas únicamente a objetivos militares, en respuesta a lo que consideran una agresión continua por parte de Irán.
Este conflicto pone en evidencia la creciente tensión entre ambos países, además del papel complejo de Estados Unidos en esta dinámica de confrontación.