La abogada de inmigración Denise Cabrera jamás imaginó encontrar su nombre y fotografía circulando en una cuenta de WhatsApp que ofrecía “asesoría legal” y pedía pagos a supuestos clientes.
Lo que parecía un caso aislado resultó ser un fraude extendido: varias personas en distintas partes de Estados Unidos están siendo engañadas con la promesa falsa de representación legal, sostiene la licenciada de inmigración.
Cabrera, quien abrió su propia oficina en Santa Ana, en el 2023, recibió una llamada en febrero de este año, de un hombre que decía haber contratado sus servicios para representarlo.
“El hombre dijo que nos habíamos comunicado. Supuestamente nos habíamos enviado mensajes a través de las redes sociales, y yo le había cobrado unos cuatro mil dólares por los servicios prestados… Ahí me di cuenta de que lo habían estafado”, dijo la abogada.
Al principio ella pensó que se trataba de un error o un caso aislado, pero pronto empezaron a llamar a su oficina personas asegurando que ella llevaba sus casos y que incluso le habían pagado. También se comunicaban por diferentes plataformas como TikTok, Instagram y Whatsapp.
“Es devastador escuchar cómo han sido engañados. Por ahora se han comunicado conmigo unas seis personas, pero temo que haya más víctimas”, relató la abogada, quien por el momento no ha dado parte al Departamento de Inmigracion y Naturalizacion de Estados Unidos (USCIS) del robo de identidad.
Además de usurpar su identidad, los estafadores han empleado de manera indebida el logotipo y el nombre de USCIS para informarle a través de cartas a las víctimas que “sus casos están siendo procesados” por la agencia “de parte de la abogada”, dijo la abogada.
Hasta el momento, Cabrera ha reunido pruebas del fraude: transferencias bancarias, audios, capturas de pantalla y números telefónicos ligados a WhatsApp, algunos con códigos de área de Canadá, que algunas víctimas le han otorgado.
Asimismo, dos víctimas lograron tomar una fotografía de una mujer que se hacía pasar por Cabrera, una de ellas fue Luz Angelica Álvarez, residente de Atlanta.
“Me mandaron a llamar en la corte de inmigración por una orden de remoción, y como mi esposo y yo estábamos preocupados, él se encargó de buscar un abogado a través de facebook”, dijo Álvarez.
Lo que la pareja no sabía es que la persona del otro lado de la línea les robaría más de $3,000 dólares en supuestos servicios, que solamente se daban por texto y por teléfono.
“Nos dijo que nos quitaría la orden de remoción y le creímos porque nos empezaron a llegar cartas selladas de la agencia de inmigracion”, dijo Álvarez.
Sin embargo, el caso de la inmigrante siguió sin avance favorable hasta que ella le exigió a la supuesta abogada una video llamada. La mujer, que utilizaba el nombre de la abogada, accedió a hablar con Álvarez, pero por un tiempo breve excusándose “del día agitado y una visita al doctor.
“Logré tomarle una captura de foto. El momento que la vi supe que no era la misma abogada. Nos sentimos frustrados, tristes, enojados… Ahorramos tanto para que nos terminen robando”, dijo Álvarez.
Desde entonces la supuesta abogada ha desaparecido de las redes.
Por su parte Cabrera ha intentado comunicarse a estos teléfonos otorgados por las víctimas sin mucho éxito.
“Cuando he intentado contactarme a través de esas cuentas o números, ya no están en pie. Mi mensaje para estos criminales es que vamos a dar con su identidad y les vamos a poner cargos”, dijo la abogada.
Según explica, los delincuentes contactan a sus víctimas por redes sociales, sostienen citas a distancia (nunca presenciales) y convencen a los inmigrantes de enviar dinero por Zelle. Las cantidades van desde cientos hasta miles de dólares. A cambio, entregan documentos falsificados con el nombre y logo de USCIS, dirigidos a su despacho.
La situación golpea con mayor dureza a personas indocumentadas que, además del fraude económico, temen denunciar por miedo a ser deportadas.
“Son personas que viven una crisis doble: su estatus migratorio y ahora una pérdida económica que los deja vulnerables”, lamentó Cabrera.
La abogada se graduó con honores de la Universidad Estatal de California, Fullerton con una licenciatura en ciencias políticas y recibió su título de abogada de la Facultad de Derecho de Loyola en Los Ángeles.
“Le pido a todas las personas que busquen la ayuda de abogadas que visiten las website de las barras de abogados en sus estados y cercioren de que esos abogados tienen licencia y son con quien hablan”, dijo.
Cabrera recomienda:
- Evitar citas únicamente a distancia.
- Verificar siempre en la Barra de Abogados del estado que el nombre del abogado esté activo.
- No enviar dinero a cuentas sospechosas.
- “Se trata de un delito grave que debería investigar el FBI, porque aquí no solo se roba dinero: se juega con la esperanza de quienes buscan arreglar su situación migratoria”, concluyó Cabrera.
Hacerse pasar por abogada de inmigración para robar dinero puede dar lugar a cargos como ejercicio no autorizado de la abogacía, robo de identidad, estafa por falsos pretextos / gran hurto y suplantación de identidad, además de otros delitos relacionados con fraude. Las víctimas también pueden reclamar restitución y daños civiles, y el Colegio de Abogados puede imponer sanciones y remitir el caso a los fiscales.
Fuente: Los Ángeles Times