En su columna para New York Times, Hillary Clinton destacó cuáles son los tres principales temas que hay que tomar en cuenta para apreciar más profundamente el debate de hoy entre Biden y Trump, los candidatos presidenciales más poderosos de Estados Unidos. Hillary fue candidata demócrata a la presidencia en 2016 y la única que debatió públicamente con ambos políticos.
Primeramente debemos poner un ojo acerca de cómo hablan los candidatos de las personas, no solo de las políticas. Al desarrollar este punto atacó la mirada contra las mujeres de Trump, diciendo que “es muy probable que Trump diga que quiere dejar el aborto en manos de los estados. Él espera que eso suene moderado. Sin embargo, lo que significa en realidad es que apoya las prohibiciones más extremas que ya han impuesto muchos estados, además de todas las restricciones extremas que están por venir. Trump debería responder por la niña de 12 años que fue violada en Misisipi y luego obligada a llevar a término el embarazo producto de esa violación. Ella empezó el séptimo grado con un recién nacido en brazos debido a la draconiana prohibición del aborto en su estado.
Por el contrario, Hillary señaló que “Biden es uno de los líderes más empáticos que hemos tenido. Basta escuchar la sinceridad con la que habla de los derechos de las mujeres, las dificultades de las familias trabajadoras, las oportunidades de la gente de color y la valentía de los hombres y las mujeres de Ucrania que arriesgan la vida por la democracia. Trump no puede hacer eso, pues solo le importa su persona.”
Seguidamente, Clinton recomienda que tratemos “de ver más allá de las fanfarronerías” y nos enfoquemos “en lo fundamental que está en juego”.
“Esperen que Trump culpe a Biden de la inflación, pero que evite responder preguntas sobre sus propios planes económicos. Tiene que desviar la atención o mentir porque sus propuestas (recortes de impuestos para los más ricos, la eliminación de la Ley de Atención Médica Asequible, la deportación de millones de trabajadores y la imposición de aranceles generalizados a los productos de consumo diario) agravarían la inflación, aumentarían los gastos de los hogares estadounidenses y provocarían una recesión.”
En su apoyo a Biden, Clinton señaló que “está muy dispuesto a hablar de sus planes para reducir el costo de vida. Se ha enfrentado a las poderosas empresas farmacéuticas para poner un tope al precio de la insulina, y firmó una ley que permite a Medicare negociar por primera vez los precios de los medicamentos controlados. El jueves, pongan atención a sus planes para hacer frente a los precios abusivos de las empresas y lograr que la gasolina, los alimentos y la vivienda sean más asequibles.”
En tercer lugar, “cuando vean a estos dos hombres juntos, piensen en lo que en verdad está en juego en estas elecciones. Un gobierno caótico, o uno competente.”
En este punto, Hillary contrasta los 34 delitos graves (agresión sexual, fraude financiero, etc.) por los que fue condenado Trump, lo tilda de “desquiciado”, y refresca las palabras del exsecretario de Defensa del candidato: es “una amenaza para la democracia”. Al contrario, exalta a Biden describiéndolo como “hombre sabio y decente que lucha por las familias trabajadoras” y remarcando que la edad es algo solo casual, donde no sufre desventaja alguna: “Sí, tiene 81 años. Son solo tres años más que Trump”. El último párrafo, a la manera de una conclusión épica, Hillary suelta su odio y su amor: “esta elección es entre un criminal condenado con sed de venganza y un presidente que cumple sus promesas al pueblo estadounidense. Sin importar lo que ocurra en el debate, la decisión es sencilla”.