Kamala Harris y Donald Trump se encuentran en un empate técnico a solo días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Ambos candidatos concentran sus esfuerzos en siete estados clave, especialmente Pensilvania, que puede ser decisivo en la contienda.
Harris ha estado en Filadelfia para atraer el voto de las minorías, mientras que Trump mantiene un enfoque agresivo en su discurso. La economía y la inflación, particularmente en la vida de los votantes demócratas tradicionales, presentan un desafío para Harris, quien se enfrenta a un electorado cada vez más polarizado.
Mientras Harris recorre Pensilvania y Georgia con el apoyo de figuras influyentes de la política y la cultura, Trump realizó un multitudinario evento en Nueva York, en el que reafirmó sus propuestas económicas y recibió el apoyo de personalidades conservadoras como Tucker Carlson y Elon Musk.
Ambos candidatos buscan obtener el respaldo de los estados clave con estrategias diferentes, enfocándose en temas que impactan a sus respectivas bases electorales y tratando de persuadir a los indecisos en una contienda histórica que se define voto a voto.
La elección será el 5 de noviembre, y la carrera hacia la Casa Blanca sigue abierta. La intensa rivalidad y la falta de una tendencia clara en las encuestas dejan en suspenso el resultado de estos comicios.
La próxima semana, ambos candidatos redoblarán sus esfuerzos en estados como Michigan y Carolina del Norte, tratando de asegurar los votos electorales necesarios para alcanzar la presidencia en un contexto de fuerte competencia e incertidumbre.