El Gobierno de Venezuela arremetió contra el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, calificándolo de «charlatán» tras sus declaraciones sobre las elecciones venezolanas.
Blinken afirmó que el presidente Nicolás Maduro fue proclamado «falsamente» como ganador de los comicios del 28 de julio, lo que desató una respuesta contundente de Caracas.
En su comunicado, el Ejecutivo venezolano acusó a EE.UU. de mantener una narrativa «falsa y monótona» en contra de la voluntad del pueblo y de respaldar a grupos extremistas para desestabilizar el país.
El Gobierno de Maduro también criticó duramente las políticas de Washington, tachándolas de «neocoloniales» y vinculadas a la doctrina Monroe, al tiempo que destacó que los intentos de intervención extranjera, como el uso de mercenarios y la manipulación mediática, han sido derrotados por lo que llama la «democracia revolucionaria». Además, Caracas instó a EE.UU. a cesar su injerencia en los asuntos internos de Venezuela y enfocarse en sus propios problemas internos.
Por su parte, Blinken reiteró las preocupaciones de EE.UU. sobre la situación democrática en Venezuela, señalando la represión de manifestantes y opositores, y cuestionando la legitimidad de los resultados electorales.
Mientras tanto, la coalición opositora Plataforma Unitaria Democrática (PUD) continúa insistiendo en que su líder, Edmundo González Urrutia, fue el verdadero ganador de las elecciones, aunque este permanece exiliado en España.