Fue encarcelada una mujer que envió 159,000 mensajes a un hombre con el que tuvo una única cita

Lo que comenzó como un inocente encuentro romántico terminó convirtiéndose en una pesadilla digna de una película de suspenso. Jacqueline Ades, una mujer de 31 años residente en Arizona, Estados Unidos, fue arrestada tras enviar más de 159.000 mensajes a un hombre con el que solo había salido una vez. El caso ha causado estupor tanto en medios locales como en redes sociales por su escalofriante intensidad.

Según las autoridades, Ades conoció al hombre a través de una aplicación de citas en línea. Luego de una única cita, el hombre perdió el interés, pero para Ades, la conexión fue más allá de lo razonable. Lo que siguió fue un prolongado y obsesivo acoso cibernético que escaló de forma alarmante.

Mensajes que helaron la sangre
Entre los miles de textos enviados, varios contenían amenazas explícitas, pero uno en particular llamó la atención de las autoridades:

“Haría sushi con tus riñones y usaría los huesos de tu mano como palillos”.

Este tipo de mensajes se repitieron con frecuencia a lo largo de semanas, lo que finalmente llevó a la víctima a presentar una denuncia formal. Las autoridades, al revisar los registros, encontraron no solo un patrón obsesivo, sino un comportamiento cada vez más perturbador por parte de la acusada.

De mensajes al allanamiento
El caso tomó un giro aún más siniestro cuando Jacqueline Ades fue hallada bañándose en la casa del hombre, sin su consentimiento, luego de haber ingresado sin autorización. Fue en ese momento cuando la policía la detuvo y encontró en su celular la prueba de los más de 159.000 mensajes enviados.

La fiscalía presentó cargos por acoso cibernético, amenazas criminales y allanamiento de morada. Durante las audiencias iniciales, Ades aseguró que su comportamiento era una expresión de amor, aunque los fiscales argumentan que sus acciones son propias de una conducta obsesiva con potencial peligroso.

Actualmente, Ades se encuentra bajo custodia, a la espera de juicio, mientras la defensa argumenta que su comportamiento pudo haber sido producto de un desequilibrio emocional no tratado.

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