El juicio contra Donald Trump, el primero de carácter penal en la historia de Estados Unidos contra un exmandatario (2017-2021), arranca este lunes con la selección del jurado, un momento que en otros procesos es un mero trámite, pero en este caso ya tiene carga política.
Trump se sentará en el banquillo por unos pagos irregulares de 130,000 dólares a la actriz porno Stormy Daniels para comprar su silencio durante la campaña electoral de 2016 y que no se airease una relación extramarital que el magnate tuvo con ella en 2006, cuando no había entrado todavía en política.
Los doce miembros del jurado, como es habitual en cualquier proceso judicial, deberán demostrar que no tienen literalmente prejuicios sobre el acusado ni ideas preconcebidas que puedan nublar su veredicto, algo difícil con una personalidad tan divisiva como Trump.
En tanto, la selección del jurado puede llevar hasta dos semanas, en las cuales los potenciales miembros deben pasar el escrutinio de la defensa y de la Fiscalía, que investigarán por ejemplo si alguno de ellos ha participado como voluntario en campañas en favor o en contra de Trump, pero también por cuestiones más difíciles de calibrar como si sus sentimientos hacia el acusado pueden influir en sus decisiones.