El Gobierno de Panamá deportó a 130 migrantes indios que ingresaron de forma irregular por la selva del Darién.
El vuelo de repatriación, que incluyó a 125 hombres y cinco mujeres, fue financiado por el Gobierno de EE.UU. con un costo de 700.000 dólares, como parte de un acuerdo de cooperación entre ambos países para manejar la crisis migratoria.
Este vuelo es el sexto desde que José Raúl Mulino asumió la presidencia de Panamá en julio de 2024.
Este es el primer grupo de migrantes extracontinentales deportados bajo el nuevo acuerdo, el cual ha facilitado la repatriación de migrantes de Colombia, Ecuador e India.
Sin embargo, las autoridades panameñas aclararon que la deportación de migrantes venezolanos no es posible debido a la falta de relaciones diplomáticas con Venezuela, aunque se les brinda asistencia humanitaria y se les permite continuar su viaje si no tienen antecedentes.
A pesar de denuncias de maltrato por parte de algunos migrantes deportados, el director de Migración de Panamá, Roger Mojica, aseguró que se respetan los derechos humanos durante el proceso.
Asimismo, una representante de la Embajada de EE.UU. en Panamá confirmó la implementación de visitas sorpresivas para verificar las condiciones en los campamentos migratorios.