El gobierno de Estados Unidos, siguiendo una orden ejecutiva del presidente Donald Trump, ha congelado todos los proyectos de ayuda exterior, afectando significativamente la asistencia dirigida a Ucrania.
Según un memorando emitido por el secretario de Estado Marco Rubio, se permitirá únicamente la financiación de programas alimentarios de emergencia y asistencia militar extranjera para Israel y Egipto.
Además, cualquier nueva asignación de fondos estará sujeta a una revisión exhaustiva en los próximos 85 días, lo que pone en pausa los programas ya aprobados, incluida la ayuda militar para Kiev.
La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) también ha suspendido proyectos esenciales en Ucrania, como programas educativos, atención materna y vacunación infantil.
Fuentes internas aseguran que no se tomarán nuevas medidas para dispersar los fondos previamente aprobados por el Congreso hasta que se completen las evaluaciones de coherencia con la política exterior del país.
La congelación de la ayuda ocurre en un momento crucial para Ucrania, que enfrenta un conflicto prolongado con Rusia y depende en gran medida del apoyo internacional.
Esta medida contrasta con las decisiones de la administración anterior, que había asignado miles de millones de dólares para apoyar a Ucrania y otros países aliados.
Aunque Trump ha indicado que las revisiones buscan garantizar la eficiencia de los programas, expertos advierten que esta suspensión podría debilitar la capacidad de Ucrania para enfrentar su crisis actual.
La comunidad internacional observa con atención los próximos pasos del gobierno estadounidense, mientras el futuro de los programas humanitarios y de seguridad sigue en incertidumbre.