Cada cuarto jueves de noviembre, millones de familias en los Estados Unidos se reúnen para celebrar el Día de Acción de Gracias, una tradición profundamente arraigada que trasciende generaciones. Más que una comida abundante, este día simboliza la gratitud, el sentido de comunidad y el reconocimiento de los desafíos superados. Pero detrás del pavo, el pastel de calabaza y los desfiles, yace una historia interesante.
La festividad tradicional se remonta a los primeros días de los colonos europeos en América del Norte. En septiembre de 1620, un grupo de aproximadamente 100 personas, conocidos como los peregrinos, abordaron el Mayflower para buscar un nuevo comienzo. Su objetivo principal era escapar de las restricciones religiosas que enfrentaban en Inglaterra y practicar su fe en libertad. Tras un difícil viaje de dos meses a través del Atlántico, llegaron a Cape Cod, en la actual Massachusetts, en noviembre de ese año.
Inicialmente, los peregrinos exploraron la zona de Provincetown, pero pronto descubrieron que las condiciones eran demasiado complicadas para establecerse allí. Finalmente, decidieron instalarse en un lugar cercano llamado Plymouth, donde comenzaron a construir su nuevo hogar. Sin embargo, el primer invierno en Nueva Inglaterra fue devastador. Las bajas temperaturas, las enfermedades y la falta de alimentos cobraron la vida de casi la mitad de los colonos en los primeros meses. De los aproximadamente 100 pasajeros que llegaron en el Mayflower, solo unos 50 sobrevivieron al duro clima.
Con la llegada del otoño de 1621, los colonos habían logrado cosechar suficientes alimentos para enfrentar el próximo invierno. En agradecimiento por su primera cosecha exitosa, los peregrinos organizaron una celebración que duró tres días. Este festín se realizó en honor a su supervivencia, la generosidad de los Wampanoag, nativos que los ayudaron, y los frutos de su trabajo colectivo. Aunque en ese momento no se le llamó “Día de Acción de Gracias”, este evento se reconoce ampliamente como el origen de la festividad que más tarde sería establecida como una tradición nacional.
El Día de Acción de Gracias que conocemos hoy ha recorrido un largo camino desde su origen en 1621, evolucionando de una celebración local y religiosa a una festividad nacional e inclusiva. Este proceso estuvo influido por una combinación de tradiciones culturales, proclamaciones políticas y adaptaciones modernas que le dieron su forma actual.
En 1941, luego de algunos cambios de fecha, el Congreso intervino y aprobó una ley que estableció el cuarto jueves de noviembre como la fecha oficial para celebrar el Día de Acción de Gracias, unificando así al país en esta tradición.
A lo largo del siglo XX, el Día de Acción de Gracias pasó de ser una celebración religiosa o política a convertirse en un evento cultural y familiar. Las comidas tradicionales, como el pavo, el puré de papas, la salsa de arándanos y el pastel de calabaza, se consolidaron como elementos centrales de la celebración. Además, surgieron nuevas tradiciones como los desfiles —con el de Macy’s en Nueva York como el más famoso— y los partidos de fútbol americano, que añadieron un carácter festivo y de entretenimiento al día.
Un saludo grande para todos los dominicanos que viven en los Estados Unidos y estarán celebrando este día de gratitud. Les agradecemos también por elegirnos para su lectura diaria.
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