El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, destituyó a Yoav Galant como ministro de Defensa, una medida que, según el analista Daniel Lobato, representa un «mensaje claro de fracaso» en las operaciones de Israel en Oriente Medio.
La decisión responde a diferencias significativas en la estrategia militar en Gaza y a la pérdida de confianza mutua, especialmente tras la fallida liberación de prisioneros israelíes y el impacto de las acciones de Hamás, que ha continuado su resistencia.
La destitución generó protestas en Israel y fuertes críticas de figuras políticas como Benny Gantz, quien acusó a Netanyahu de priorizar objetivos políticos sobre la seguridad nacional.
En sustitución de Galant, Netanyahu designó a Yisrael Katz, quien previamente había adoptado una postura dura, incluso declarándole persona non grata al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, por sus críticas al conflicto en la región.
Katz es criticado por Lobato por hacer «apología del genocidio», promoviendo la eliminación de la población palestina en Gaza, en violación de las medidas cautelares emitidas por la Corte Internacional de Justicia. La situación de los desplazados en el conflicto con Hizbulá y la tensión con Irán añaden presión sobre la política de seguridad de Israel.
El analista considera que estos movimientos reflejan el fracaso de la «colonia» israelí en Palestina, y cuestiona el respaldo continuo de Estados Unidos, argumentando que este apoyo sigue un esquema de dominación en la región.
Lobato concluye que la fase de «genocidio» que enfrenta Palestina representa una etapa de fracaso en el proyecto de colonización, comparable a los conflictos históricos en Vietnam y Argelia.