Cuatro dominicanos aceptaron de manera voluntaria su extradición a los Estados Unidos para enfrentar cargos de fraude informático, robo de datos personales y suplantación de identidad.
Estos delitos, dirigidos principalmente a personas de la tercera edad, fueron desmantelados durante una operación conjunta entre las autoridades dominicanas y norteamericanas.
En ese sentido, la Segunda Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia, presidida por Francisco Jerez Mena, dispuso la extradición de Óscar Manuel Castaños García, Edward José Puello García, José Francisco León y Joel José Cruz Rodríguez.
El tribunal integrado además por los jueces Fran Soto y Francisco Ortega Polanco, registró en acta la aceptación de los acusados de irse voluntariamente a los EE. UU. para enfrentar los cargos.
Además, los jueces pusieron a cargo de la Procuraduría General de la República la tramitación y ejecución de la presente decisión, de conformidad con los términos de la Constitución de la República y las leyes sobre la materia.
Prisión preventiva y proceso de extradición
El tribunal también dictó prisión preventiva para los cuatro hombres, quienes permanecerán recluidos en los Centros de Corrección y Rehabilitación de Rafey, en Santiago, y de Puerto Plata. Esta medida se mantendrá por tiempo indefinido hasta que el presidente Luis Abinader firme el decreto que autorice su extradición.
En la audiencia, el director del Departamento de Extradiciones y Asuntos Internacionales de la Procuraduría General de la República, Osvaldo Bonilla, y la fiscal Elvira Rodríguez, habían solicitado al tribunal que se impusiera prisión preventiva en contra del grupo, hasta tanto fueran extraditados.
Detalles del esquema de fraude
La operación Discovery 3.0 es la tercera de su tipo llevada a cabo por el Ministerio Público, con la colaboración del Buró Federal de Investigación (FBI) de los Estados Unidos. La investigación, que duró más de dos años, reveló que la red operaba desde call centers clandestinos en la República Dominicana.
Según la acusación, los estafadores, conocidos como “abridores”, contactaban a personas mayores en EE. UU. haciéndose pasar por sus nietos o hijos, pidiendo dinero para resolver supuestos accidentes de tránsito. Posteriormente, los “cerradores” se presentaban como abogados o agentes de policía para convencer a las víctimas de entregar miles de dólares en efectivo para “ayudar” a sus familiares.
Las operaciones anteriores, Discovery y Discovery 2.0, ya habían desmantelado redes similares que despojaron de sus ahorros a ciudadanos estadounidenses jubilados.
Fuente: Listín Diario