Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) llevaron a cabo un ataque con aviones no tripulados en el sur del Líbano, resultando en la muerte de Hassan Fares Jeshi, un comandante de Hezbolá responsable del lanzamiento de misiles guiados antitanque.
El ataque se produjo en la localidad de Jouaiyya y forma parte de una serie de operaciones militares israelíes en la región.
Además del ataque que mató a Jeshi, aviones de combate israelíes también atacaron edificios pertenecientes a Hezbolá en la localidad de Aitaroun.
Estos incidentes ocurren en medio de un aumento de tensiones entre Israel y Hezbolá, con amenazas de represalias por parte del grupo militante chiita y sus aliados regionales, incluyendo Irán.
El líder de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah, ha prometido una respuesta fuerte y eficaz a los recientes ataques israelíes, afirmando que Hezbolá, Irán y Yemen están preparados para responder.
Nasrallah subrayó que los ataques recientes de Hezbolá contra asentamientos hebreos en el norte de Israel no forman parte de la respuesta planificada, sugiriendo que se avecinan más acciones en represalia.
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