China realizó una incursión de 37 aviones militares en el espacio aéreo cercano a Taiwán, con 35 de ellos cruzando la línea divisoria del Estrecho de Taiwán. En respuesta, el ejército taiwanés activó sus defensas con cazas, buques y misiles terrestres.
La maniobra china ocurre después de que Beijing prometiera tomar medidas contra EE. UU. por la reciente venta de armas avanzadas a Taipei, intensificando aún más las tensiones en la región.
Estas acciones reflejan una escalada en las demostraciones de fuerza de China, incluyendo el reciente paso del portaaviones Liaoning por el Estrecho y ejercicios militares con fuego real en las cercanías de Taiwán.
Las autoridades taiwanesas temen un potencial bloqueo que podría cortar la ayuda internacional, lo cual consideran un acto de guerra que afectaría al comercio mundial, dado que gran parte de las rutas marítimas pasan por esa zona estratégica.
China mantiene su postura de que Taiwán es parte de su territorio, afirmando que no descarta el uso de la fuerza para reclamar la isla.
Estas incursiones y maniobras militares generan preocupación tanto en Taiwán como en Estados Unidos, que apoya a la isla y recientemente le ha provisto un paquete de armas valorado en 2.000 millones de dólares.