El ministerio chino de Finanzas, bancos estatales y varias empresas inyectaron 344 mil millones de yuanes (47.480 millones de dólares) en un fondo de inversión para reforzar su industria de circuitos integrados, en vistas a aumentar su autonomía en este sector, según la base de datos Tianyancha.
Los chips elaborados con materiales semiconductores son indispensables para muchos productos de la economía moderna, desde televisores y automóviles hasta armas, teléfonos o la inteligencia artificial.
Estos componentes están en pleno centro de una encarnizada rivalidad entre China y Estados Unidos por su miniaturización y el abastecimiento de un sector altamenteestratégico.
En los últimos años, Washington incluyó en su lista negra a empresas chinas para excluirlas de las cadenas de suministro de tecnología estadounidenses y endureció las restricciones a la exportación hacia China de microchips.
El gigante asiático intenta acelerar desde entonces el desarrollo de sus circuitos integrados, cuyo rendimiento sigue siendo inferior al de los producidos por Estados Unidos, entre otros.
La fabricación de chips es extremadamente compleja e implica a muchos países.