Un informe del gobierno de EE.UU. revela que al menos 973 niños indígenas murieron en internados administrados o apoyados por el gobierno. Estas instituciones, establecidas para asimilar forzosamente a los niños indígenas a la sociedad blanca, estuvieron plagadas de abusos y malas condiciones.
El informe encontró docenas de tumbas marcadas y sin marcar en 65 de los más de 400 internados.
Las muertes ocurrieron por enfermedades, accidentes y abusos. La secretaria del Interior, Deb Haaland, subrayó la necesidad de reconocer este doloroso capítulo y trabajar hacia la sanación.