Brasil cuestiona el trato de EE.UU. a sus ciudadanos deportados

Las denuncias de malos tratos contra los 88 brasileños deportados de Estados Unidos han generado preocupación en el gobierno de Brasil, que ha elevado una queja diplomática a Washington. Según los repatriados, fueron sometidos a agresiones, amenazas y un trato inhumano durante el proceso de deportación. 

Ante esta situación, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva convocó a su gabinete y a representantes de la Fuerza Aérea Brasileña y la Policía Federal para discutir el tema y exigir condiciones dignas para los ciudadanos brasileños expulsados del país norteamericano.

El gobierno brasileño busca renegociar con Estados Unidos los protocolos de deportación, con el objetivo de garantizar que se respeten los derechos humanos. 

Aunque la administración de Lula da Silva ha manifestado su intención de evitar un enfrentamiento diplomático, las autoridades han insistido en la necesidad de mejorar el trato hacia los migrantes deportados. 

El ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, subrayó que, si bien las deportaciones están contempladas en acuerdos bilaterales, el trato recibido por los brasileños no puede ser inhumano ni degradante.

Como parte de las medidas para asistir a los repatriados, el gobierno de Brasil ha anunciado la creación de un centro de acogida en Confins, Minas Gerais. 

Este puesto de asistencia humanitaria ofrecerá condiciones dignas a los deportados, asegurando el acceso a agua, comida y condiciones adecuadas de temperatura. 

La instalación también busca evitar la separación de familias y ofrecer un primer apoyo a los ciudadanos brasileños que regresan en circunstancias difíciles.

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