El gobierno de Joe Biden acusará formalmente a Rusia de llevar a cabo una campaña sostenida de desinformación destinada a influir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2024.
Según fuentes familiarizadas con el asunto, se espera que la Casa Blanca condene públicamente las acciones del Kremlin y que el Departamento de Justicia anuncie medidas legales contra esta campaña encubierta rusa.
Medios de comunicación controlados por el Kremlin, como RT, han sido identificados como herramientas clave en la propagación de la propaganda rusa.
Las autoridades estadounidenses han identificado que la operación de desinformación rusa está utilizando tanto voces estadounidenses como extranjeras para diseminar su contenido.
Estas acciones representan la respuesta pública más significativa de la administración Biden hasta ahora en relación con las supuestas operaciones de influencia extranjera dirigidas a los votantes estadounidenses.
La administración también busca recordar que Rusia sigue siendo una amenaza importante en el ámbito de la influencia extranjera electoral.
Estas medidas se producen tras la reciente acusación contra Irán por intentar hackear las campañas de Trump y Biden-Harris.
La respuesta del gobierno de Biden subraya su preocupación por la influencia extranjera en las elecciones y su compromiso de combatir estos esfuerzos que podrían socavar la integridad del proceso electoral estadounidense.