Los ataques israelíes en Gaza han cobrado 62 vidas en las últimas 24 horas, elevando a 46,707 el número total de fallecidos desde que comenzó la guerra hace 15 meses, según el Ministerio de Sanidad de Hamás.
Entre las víctimas se encuentran familias completas, incluidos menores, que buscaban refugio en escuelas y viviendas. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Gaza tiene ahora la mayor cantidad de niños amputados per cápita en el mundo, una sombría evidencia del impacto devastador del conflicto.
Pese a las negociaciones en curso para un posible alto el fuego, los ataques continúan. Solo esta mañana, 33 gazatíes perdieron la vida, incluidas siete personas que se refugiaban en una escuela primaria en el norte de la Franja.
En Deir al Balah, otro bombardeo cobró la vida de 11 miembros de las familias Shuqura y Saleh, mientras que siete palestinos fallecieron en el campamento de refugiados de Nuseirat. El Ejército israelí justificó estos ataques señalando que algunos objetivos servían como almacenes de armas o centros de comando, aunque no ofreció pruebas concretas.
El costo humano del conflicto en Gaza sigue siendo alarmante, con más de 110,000 heridos y miles aún desaparecidos. La comunidad internacional observa con preocupación el aumento de víctimas civiles y los reportes de ataques a zonas residenciales y escolares.
Mientras las partes enfrentadas buscan alcanzar un cese al fuego, el sufrimiento de los habitantes de Gaza no muestra señales de mitigarse, dejando a la región sumida en una crisis humanitaria sin precedentes.