El debate entre Biden y Trump, de mañana jueves, en horario de máxima audiencia, tiene el potencial de acaparar la atención del país del norte, al menos durante sus 90 minutos de duración. Por primera vez en décadas, una sola cadena, la CNN, organiza el debate, que se retransmitirá simultáneamente en casi todos los canales principales y en multitud de sitios web de noticias. Una encuesta realizada este mes mostró que el 65 por ciento de los votantes registrados planeaba “ver todo o la mayor parte del debate”.
Pero, puede ser que el evento no tenga el mismo alcance que los debates pasados. Los pronosticadores del sector de la información televisiva esperan que la audiencia del jueves se sitúe entre 30 y 70 millones de telespectadores, inferior a la del duelo Clinton-Trump, incluso si resulta ser el acontecimiento más visto de esta temporada de campaña.
En nuestra era de medios de comunicación fracturados y agotados, la gente sigue sintonizando en masa para ver los debates presidenciales, pero hay algunos factores que juegan en contra del enfrentamiento del jueves.
El debate se celebra mucho antes de lo habitual, y muchos estadounidenses están de vacaciones o salen por la tarde para aprovechar las horas de luz. En septiembre y octubre, cuando tradicionalmente se celebran los debates, la audiencia televisiva global es mayor que en junio, según los gurús de las audiencias de Nielsen.
Además, el auge de los servicios de emisión en continuo y el colapso de la televisión por cable hacen que nuestra atención colectiva esté más dispersa que nunca. Los premios Oscar de este año tuvieron 19,5 millones de espectadores, menos que la audiencia de algunos partidos de la temporada regular de la NFL.
Además, “los votantes no están contentos con estas próximas elecciones”, dijo a principios de año Nate Cohn, experto en encuestas de The New York Times. A finales de febrero, los votantes se describieron a sí mismos como “frustrados”, “ansiosos”, “asustados” e insatisfechos con sus opciones de candidatos, en una encuesta realizada por The New York Times y el Siena College.
A juzgar por las recientes primarias republicanas, el interés por la campaña actual ha decaído respecto a ciclos anteriores. La primera contienda republicana, el pasado agosto, obtuvo 12,8 millones de telespectadores; la siguiente, 9,5 millones. Después, las cifras empezaron a caer en picada: 7,5 millones en noviembre, 4,1 millones en diciembre y, finalmente, 2,6 millones en enero, menos espectadores que un episodio promedio de The Five de Fox News.
Fuente: The New York Times