La administración de Donald Trump abrió un nuevo capítulo en el debate migratorio estadounidense. Lo hizo al anunciar una “pausa permanente” de la migración procedente de todos los países del llamado “Tercer Mundo”. La declaración, acompañada de un endurecimiento administrativo por parte de USCIS, vuelve a colocar la política migratoria en el centro del escenario político nacional.
Las palabras del mandatario surgieron tras el tiroteo en Washington que dejó dos miembros de la Guardia Nacional fallecidos. El principal sospechoso fue identificado como un ciudadano afgano. El episodio aceleró el tono y el alcance de las propuestas de la Casa Blanca. Ahora, la administración apunta a una estrategia migratoria más rígida que cualquier otra vista en décadas recientes.
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Trump apuesta por una “migración inversa” y un cierre prolongado
En una publicación en Truth Social, Trump afirmó que “pausará permanentemente la migración de todos los países del Tercer Mundo”. Según él, Estados Unidos necesita “recuperar completamente” su sistema migratorio. Esta declaración refuerza su línea de mano dura. También conecta directamente con el incidente más reciente de seguridad nacional, lo que refleja un patrón recurrente en su retórica.
El mandatario reiteró su compromiso de “terminar con los millones de admisiones ilegales” que, según él, fueron permitidas por la administración anterior. Entre sus propuestas destaca la expulsión de quienes no sean considerados “un activo neto” para el país. También plantea limitar beneficios y subsidios federales para no ciudadanos.
Uno de los puntos más controvertidos es su idea de “desnaturalizar” a migrantes que representen, a su juicio, una amenaza a la “tranquilidad doméstica”. Además, propuso deportar a cualquier extranjero que pueda ser interpretado como carga pública, riesgo de seguridad o “incompatible con la civilización occidental”.
Trump resumió este enfoque bajo el término “Reverse Migration”, o migración inversa. Presentó ese concepto como la solución integral a lo que describe como “una crisis migratoria nacional”.
USCIS revisa Green Cards y suspende solicitudes de Afganistán
La ofensiva discursiva del presidente vino acompañada de medidas administrativas inmediatas. Joseph Edlow, director de United States Citizenship and Immigration Services (USCIS), anunció una revisión exhaustiva de todas las Green Cards emitidas a ciudadanos de países considerados “de preocupación”.
USCIS defendió esta medida como parte de una estrategia para fortalecer la seguridad nacional. Según la agencia, busca corregir “los riesgos heredados de políticas de reasentamiento temerarias” de la administración anterior.
Aunque USCIS no publicó la lista oficial de países incluidos en la revisión, sí confirmó que todas las solicitudes de inmigración desde Afganistán quedan suspendidas de manera indefinida. Este movimiento es uno de los más drásticos en materia migratoria desde finales de 2021.
El cambio también implica que migrantes con estatus legal podrían enfrentar revisiones retroactivas. Ese precedente aumenta la incertidumbre entre comunidades con décadas de presencia en Estados Unidos.
Impactos legales, diplomáticos y políticos de la nueva estrategia
Las propuestas y medidas anunciadas abren varios frentes de debate. En el ámbito legal, organizaciones de derechos civiles y expertos en inmigración advierten que criterios tan amplios como la “compatibilidad con la civilización occidental” podrían enfrentar desafíos constitucionales. Señalan posibles conflictos con protecciones como la igualdad ante la ley, el debido proceso y la libertad de expresión.
En el terreno político, el endurecimiento del discurso refuerza la imagen de Trump como el candidato de máxima dureza migratoria. Esta estrategia moviliza a su base, pero también acentúa la polarización nacional. La narrativa coloca a la migración desde países del “Tercer Mundo” bajo un prisma casi exclusivo de amenaza, lo que puede profundizar divisiones ideológicas y culturales.
En el ámbito internacional, una pausa generalizada a la migración desde amplias regiones del planeta podría tensar relaciones con aliados estratégicos. Esto sería especialmente relevante para países con diásporas numerosas en Estados Unidos. También podría afectar programas de cooperación, intercambios académicos e incluso acuerdos comerciales, donde la movilidad humana tiene un rol clave.
Fuente: Mercado