Las remesas en Latinoamérica y el Caribe volverán a mostrar un crecimiento sólido en 2025, consolidando un ciclo de 16 años ininterrumpidos de expansión, según el más reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). A pesar de las tensiones migratorias en EE. UU. y del próximo impuesto del 1% que regirá desde 2026, los envíos de dinero de los migrantes hacia sus países de origen continúan demostrando una resiliencia notable.
El organismo estima que la región recibirá US$ 174,400 millones en remesas, lo que representa US$ 11,700 millones adicionales respecto a 2024. Este avance, sin embargo, no será uniforme: mientras Centroamérica, Sudamérica y el Caribe reportarán incrementos significativos, México experimentará una caída del 4.5%, marcada por factores coyunturales.
Centroamérica lidera el crecimiento de remesas en 2025
De acuerdo con el BID, Centroamérica será la subregión con mayor dinamismo, con un aumento proyectado del 20.4%. Este repunte responde, en gran medida, a la reacción de los migrantes frente a la incertidumbre generada por la política migratoria estadounidense durante 2025. Muchos migrantes usaron parte de sus ahorros para enviar montos más altos y con mayor frecuencia, anticipándose a posibles restricciones.
Los países con mayores aumentos porcentuales en la subregión serán:
- Honduras: +26%
- Guatemala: +20.2%
- Nicaragua: +18.2%
- El Salvador: +17.9%
El informe señala que el 73.5% de las remesas de Centroamérica proviene de Estados Unidos, lo que vuelve a la región especialmente sensible a los cambios migratorios y laborales en ese país.
En conjunto, Centroamérica concentrará el 31.8% del total de remesas de Latinoamérica y el Caribe en 2025, un aumento frente al 28.3% registrado el año anterior.
Sudamérica avanza apoyada en la mayor participación laboral migrante
En Sudamérica, el crecimiento estimado será del 10.9%, impulsado sobre todo por la creciente movilidad laboral de los migrantes en Estados Unidos y Europa. En esta subregión, la estructura del origen de las remesas es más diversificada:
35.7% proviene de Estados Unidos
36.2% proviene de Europa, especialmente España
Los países sudamericanos que más aumentarán sus flujos en dólares son:
- Ecuador: +6.1%
- Guyana: +6%
- Colombia: +3.1%
Algunos países presentan características particulares:
En Paraguay, el 58.6% de las remesas proviene de España. En Bolivia, un notable 26.2% llega desde otros países sudamericanos como Argentina, Brasil y Ecuador, reflejando un patrón migratorio intrarregional más marcado.
México registra una caída influenciada por el efecto base
Aunque México seguirá siendo el mayor receptor de remesas de toda la región con US$ 61,810 millones, registrará una baja del 4.5% frente al año anterior. El BID explica que esta caída responde al efecto base, ya que en 2024 los migrantes mexicanos aprovecharon picos del tipo de cambio para enviar mayores sumas en meses específicos como abril, junio, agosto y noviembre.
Adicionalmente, según el BID, es menos probable que los migrantes mexicanos cuenten con ahorros suficientes en 2025 para mantener los niveles extraordinarios de envíos registrados previamente, a diferencia de otras comunidades migrantes latinoamericanas.
Es importante destacar que el 96% de las remesas que recibe México proviene de Estados Unidos, por lo que cualquier cambio en la política económica o laboral estadounidense impacta de forma inmediata en estos flujos.
La gran pregunta: ¿resistirán las remesas el impuesto del 1% en 2026?
Aunque 2025 marca un nuevo récord para la región, los analistas observan con atención el impuesto a las remesas del 1% que comenzará a regir en Estados Unidos en 2026, tras su incorporación en la ley aprobada por la administración Trump. El BID advierte que aún no es claro si los flujos (considerados vitales para el consumo diario de millones de hogares) podrán mantener su trayectoria ascendente cuando la medida entre en vigor.
El informe destaca que 56.7% de los migrantes latinoamericanos y caribeños vive en Norteamérica, y 29.1% reside dentro de la misma región, lo que demuestra la importancia de estas corrientes migratorias para la economía familiar de los países receptores.
Fuente: Mercado