Lo que comenzó como una alianza llamativa terminó con un quiebre igualmente sonado esta semana. Donald Trump y Elon Musk escenificaron su ruptura con tintes de reality show el jueves pasado.
El presidente expresó su «gran decepción» por los recientes eventos, mientras que el magnate lo tachó de «ingratitud» en una serie de tweets explosivos.
En su cuenta de X, el CEO de Tesla y SpaceX públicamente pidió la destitución del presidente Trump, sugiriendo que sea remplazado por su vicepresidente, J. D. Vance.
Musk no ha escatimado críticas hacia las políticas de Trump, especialmente los aranceles amplios, que según él, podrían llevar a una recesión en la segunda mitad del año.
Además, Musk anunció la inmediata desmantelación de la nave espacial Dragón. Un proyecto emblemático de SpaceX, en respuesta a la cancelación de contratos gubernamentales anunciada por Trump.
La Dragón, diseñada para transportar carga y tripulación a la Estación Espacial Internacional, se ha convertido en un símbolo de innovación en la industria espacial.
Stephen Bannon, conocido crítico de Musk, no se quedó atrás.
Instó al presidente a cancelar todos los contratos con el magnate y lanzar investigaciones sobre su estatus migratorio y otras acusaciones. Incluyendo el supuesto intento de obtener información clasificada sobre China del Pentágono.
Bannon sugirió que la autorización de seguridad de Musk debería ser suspendida durante las investigaciones.
En respuesta, el Partido Demócrata ha intensificado sus críticas al gobierno de Trump, exigiendo la revisión completa de políticas económicas.
Y la publicación de archivos relacionados con el caso Jeffrey Epstein, en el cual Trump ha sido mencionado recientemente.
El escándalo alcanzó nuevas alturas cuando Musk reposteó un vídeo en su cuenta de X. Mostrando a Trump en una fiesta junto a Jeffrey Epstein en 1992.
Conclusión
Las imágenes, acompañadas de comentarios incendiarios, han avivado aún más la disputa pública entre los dos magnates.
Esta confrontación no solo expone las tensiones entre dos figuras poderosas, sino que también destaca la creciente influencia de las redes sociales en la política contemporánea estadounidense.
Fuente: MSN