El expresidente Donald Trump recibió en la Casa Blanca a Emmanuel Macron en medio de crecientes tensiones sobre la política exterior de Estados Unidos y el futuro del apoyo occidental a Ucrania.
La reunión se llevó a cabo en el tercer aniversario de la guerra en Ucrania, mientras Trump busca acelerar un acuerdo que garantice acceso estadounidense a minerales raros en territorio ucraniano. Sin embargo, su postura ha generado preocupación en Europa, especialmente tras excluir a Ucrania y a la UE de las conversaciones preliminares con Rusia.
El enfoque de Trump hacia el conflicto ha causado fricciones con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, a quien llamó “dictador” y responsabilizó falsamente de iniciar la guerra. Mientras tanto, Macron ha advertido que cualquier muestra de debilidad frente a Vladimir Putin podría afectar la credibilidad de Occidente, incluso en sus relaciones con China.
La incertidumbre sobre el rol de Estados Unidos en la seguridad global ha llevado a aliados europeos a buscar una estrategia para mantener la estabilidad ante los cambios en Washington.
Además de Macron, Trump se reunirá esta semana con el primer ministro británico Keir Starmer, en lo que se perfila como una serie de negociaciones de alto riesgo.
Diplomáticos y analistas temen que la política exterior de Trump pueda desestabilizar la alianza transatlántica y comprometer principios clave de organismos internacionales como la ONU.
Mientras tanto, la administración estadounidense insiste en que sus movimientos buscan fortalecer la economía y la seguridad de Estados Unidos, aunque las tensiones con sus aliados sugieren lo contrario.