La administración de Donald Trump ha iniciado una ola de despidos en el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), afectando a cientos de empleados de alto nivel.
Según fuentes citadas por NBC News, la medida forma parte de un “plan organizado” para remover a funcionarios considerados no alineados con la agenda del gobierno republicano.
Los recortes ya han impactado a agencias clave dentro del DHS, como la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias y el Servicio de Ciudadanía e Inmigración.
Esta reestructuración no busca reducir el tamaño del gobierno, sino garantizar que el DHS opere bajo las directrices de la administración Trump.
De acuerdo con funcionarios cercanos al plan, los despidos se enfocan en personal de carrera que tiene influencia en la política y estrategia de la agencia.
La Casa Blanca sostiene que algunos de estos empleados “deliberadamente paralizan” las acciones gubernamentales, particularmente en la aplicación de leyes migratorias.
El DHS desempeña un papel fundamental en el cumplimiento de la política migratoria de Trump, especialmente en la vigilancia de la frontera y la deportación de inmigrantes indocumentados.
Con estos cambios, la administración busca reforzar su control sobre la agencia y agilizar sus objetivos en materia de inmigración y seguridad.
Sin embargo, la medida ha generado preocupaciones sobre la posible afectación a la operatividad del DHS y la estabilidad de su personal de carrera.