Estados Unidos y Rusia han reactivado sus canales diplomáticos con miras a una cumbre entre los presidentes Donald Trump y Vladímir Putin, cuyo objetivo principal sería discutir una posible solución al conflicto en Ucrania.
El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, sostuvieron una conversación telefónica en la que acordaron mantener contacto regular para coordinar el encuentro.
Aunque no se ha fijado una fecha oficial, Trump adelantó que Arabia Saudí podría ser el lugar de la reunión, donde ambas partes buscarían establecer un marco para futuras negociaciones.
El diálogo entre ambos países marca un giro en la postura de EE.UU. sobre el conflicto ucraniano. Trump ha señalado que la entrada de Ucrania en la OTAN no es una opción viable y ha cuestionado la posibilidad de que el país recupere todos los territorios ocupados por Rusia desde 2014, incluida Crimea.
Además, su administración ha decidido excluir a Europa de las conversaciones, apostando por un acuerdo bilateral con Moscú. Esta estrategia contrasta con la postura de la administración de Joe Biden, que respaldó firmemente a Ucrania con sanciones contra Rusia y un fuerte apoyo militar.
Las negociaciones se dan en un contexto en el que ambos gobiernos han manifestado su interés en reducir las tensiones globales. Además del conflicto en Ucrania, EE.UU. y Rusia también discutirán la situación en Palestina y la estabilidad en Oriente Medio.
A la espera de la cumbre, Rubio se encuentra en una gira diplomática que lo llevará a Jerusalén y Arabia Saudí, donde se reunirá con funcionarios rusos.
Con la posibilidad de un nuevo pacto entre Washington y Moscú, el panorama internacional podría cambiar significativamente en los próximos meses.