Durante los primeros días de la nueva administración del presidente Donald Trump se ha empleado un discurso más confrontacional que podría generar mayor distanciamiento con gobiernos de izquierda y cercanía con gobiernos más alineados a la visión del mandatario.
Asimismo, las nuevas medidas proteccionistas, la reconfiguración de acuerdos comerciales y la reducción en la cooperación internacional generan una presión significativa sobre las economías latinoamericanas, con efectos directos en el comercio, la migración y la estabilidad social, así lo revela el informe de LLYC Trump II: Impacto y Reconfiguración de las Relaciones con América Latina.
“Las relaciones comerciales en América Latina están en riesgo debido al aumento de aranceles en sectores estratégicos como el automotor en México y el agroindustrial en Brasil y Argentina. Además, la posible revisión de tratados comerciales como el T-MEC y el DR-CAFTA impactaría exportaciones clave en países como Perú, Panamá y República Dominicana”, señala el reporte.
La dependencia comercial de economías como Colombia y Chile las hace vulnerables y limita su capacidad de negociación.
Efecto de deportaciones
En cuanto a la política migratoria, las deportaciones masivas de migrantes indocumentados afectan la estabilidad económica y social en países como México, Colombia y República Dominicana y la reducción de remesas representa una amenaza directa para la economía de los hogares en Perú, El Salvador y Guatemala.
La cooperación internacional también se encuentra en vilo. Se contempla la revisión y posible recorte de fondos de La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), lo que afectaría programas de seguridad, educación y salud en la región. El retiro de EE.UU. de acuerdos ambientales como el Acuerdo de París debilita los esfuerzos de conservación en la Amazonía.
De acuerdo con el informe, países como México y Brasil han optado por la diplomacia y el fortalecimiento de sus estrategias comerciales para minimizar riesgos. En contraste, naciones como Colombia enfrentan tensiones debido a su alineación política y comercial con EE.UU, contrario a lo que sucede con Argentina.
El análisis de LLYC concluye con la necesidad urgente de diversificación de mercados y el fortalecimiento de políticas internas que mitiguen la dependencia económica con EE.UU y resalta que la agenda medioambiental y los acuerdos multilaterales podrían convertirse en puntos de fricción con el gobierno de Trump.
Bajo este panorama y la reconfiguración de las relaciones de Estados Unidos con la región, China podría incrementar su influencia en la región como socio estratégico de las economías latinoamericanas.
Fuente: revista EyN